Un esguince de tobillo es una lesión de las estructuras ligamentosas del tobillo cuando se ven sometidos a un estiramiento excesivo al final del rango articular de forma brusca y sin control.

Los ligamentos son estructuras pasivas de tejido conectivo que sirven de unión entre huesos y cuya función es estabilizar la articulación.

Al sufrir un esguince, el ligamento pierde la tensión que necesita para estabilizar la articulación, volviéndose laxo y, según el grado de lesión, se producen desgarros o rupturas parciales o completas de las fibras que lo componen.

El esguince es la lesión más frecuente de las producidas en el tobillo. Concretamente, las de la cara externa del mismo. Representan un tercio de las lesiones del aparato locomotor. Son más comunes durante la práctica deportiva que implica cambios bruscos de dirección e intensidad (fútbol, baloncesto, tenis …) pero se dan muchos casos fuera del deporte por una mala pisada o un “mal gesto”.

Revisión Anatómica:

El tobillo lo forma la articulación tibioperoneo-astragalina, en la que la tibia y el peroné encierran y coaptan el astrágalo en forma de “mortaja”, y es responsable de los movimientos de Flexión y Extensión de tobillo. La articulación subastragalina (unión astrágalo y calcáneo), y la articulación de Chopart (entre el escafoides y el cuboides), cobran su importancia al intervenir en los movimientos de prono-supinación.

La articulación del tobillo mantiene su estabilidad gracias a los ligamentos tibioperoneos (Ligamento lateral Externo), y deltoideo (Ligamento Lateral Interno)

  • Ligamentos Tibioperoneos:
  1. Ligamento Peroneo-Astragalino Anterior (LPAA). Discurre desde el borde anteroinferior del peroné hasta el cuello del astrágalo. Representa el 90% de los esguinces de tobillo. Su tensión aumenta con los movimientos de flexión plantar, supinación e inversión
  2. Ligamento Peroneo-Calcáneo (LPC). Se origina en la cara interna del maléolo peroneal y se inserta en la tuberosidad del calcáneo. Es el más elástico. La tensión del ligamento aumenta con la flexión dorsal, en rotación interna, y con la inversión, y disminuye con flexión plantar. Suele asociarse a ruptura de la vaina de los peroneos.
  3. Ligamento Peroneo- Astragalino Posterior (LPAP), discurre desde la zona distal e inferior del peroné a la parte posterior del astrágalo. Su función es la de estabilizar el desplazamiento posterior del astrágalo. Es el ligamento más resistente y rara vez se lesiona, excepto en los traumatismos graves del tobillo.
  • Ligamento Deltoideo (Ligamento lateral interno): Suele afectar al tibial posterior y se lesiona en movimientos de eversión.
  1. Fascículo TibioAstragalino anterior del Ligamento Deltoideo
  2. Fascículo TibioAstragalino posterior del Ligamento Deltoideo
  3. Fascículo TibioCalcaneo del Ligamento Deltoideo
  4. Fascículo TibioEscafoideo del Ligamento Deltoideo

Clasificación de los esguinces:

  • Grado I: Distensión. Se producen microdesgarros. Existe una leve inflamación y dolor. No suele producir hematoma.
  • Grado II: Rotura Parcial. Aparece hematoma, inflamación, dolor y ligera inestabilidad al caminar. Si no es tratado correctamente suelen haber recidivas e incluso volverse crónicos.
  • Grado III: Rotura completa. Aparece hematoma, inflamación y dolor intensos, e imposibilidad para apoyar el pie. Suelen estar afectados varios ligamentos, y puede requerir cirugía.

Para su diagnóstico deberemos tener en cuenta los síntomas descritos según el grado, palpar y poner en tensión las estructuras ligamentosas y hacer pruebas de movilidad. El médico deberá hacer una radiografía para descartar lesiones osteocondrales o fracturas por arrancamiento. La ecografía es una buena prueba de imagen para observar el grado de lesión, pero cuando hay hematoma la imagen puede verse afectada.

Tratamiento:

El objetivo en la etapa aguda del tratamiento es disminuir la inflamación y el dolor. Para ello aplicaremos electroterapia de tipo TENS, DIATERMIA capacitiva en modo atérmico, masaje circulatorio, y ejercicios de bombeo y movilidad. Durante los primeros días se recomienda llevar, un vendaje compresivo, aplicar crioterapia (hielo) y mantener el pie elevado siempre que sea posible. Pautamos para casa baños de contraste, que consisten en introducir el pie en una cubeta con agua caliente durante 3 minutos, y posteriormente en agua fría durante 1,5 minutos, y repetir el proceso 3 veces. En esguinces graves se evitará el apoyo del pie mediante muletas.

Los esguinces de Grado I suelen resolverse durante la primera semana. Los de Grado II requieres más semanas de tratamiento.

Tras la primera semana comenzaremos con movilizaciones globales de tobillo, y analíticas de astrágalo y huesos del tarso (escafoides y cuboides) Como tratamiento osteopático podemos manipular el peroné, decoaptar la articulación tibioperoneoastragalina, el astrágalo, y el escafoides y el cuboides. Es beneficioso trabajar la movilidad en el agua.

Comenzaremos con ejercicios de fortalecimiento de los músculos peroneos, tibial anterior y extensor largo de los dedos isómetricos y concéntricos. La bicicleta estática nos ayudará a mejorar la movilidad y fortalecer dicha musculatura evitando la carga.

Podemos hacer una punción de la musculatura peroneal para tratar posibles puntos gatillo producto de distensiones asociadas y el espasmo muscular de defensa. Mediante DIATERMIA capacitiva térmica media podemos relajar dicha musculatura, y en modo resistivo tratar distensiones tendinosas y ayudar a la cicatrización ligamentosa. La aplicación de terapia LÁSER también tiene evidencias clínicas de acelerar la cicatrización.

Comenzaremos el apoyo del pie y ejercicios propioceptivos para restaurar el equilibrio y la estabilidad. Utilizaremos plataformas inestables como el Bosu, apoyos monodopodales con ojos abiertos y cerrados, marcha de puntillas y de talones, pequeños saltos, caminar en planos inclinados, subir y bajar escaleras …

Progresivamente se puede comenzar la reincorporación a la práctica deportiva, realizando carrera suave y aumentando la velocidad y el tiempo, prestando atención a la respuesta del tobillo. Finalmente se entrenan las carreras rápidas con cambios de dirección y los saltos en el cajón pliométrico.

Se estima que el periodo de recuperación dura unas 8 semanas.

Podemos prevenir los esguinces trabajando la fuerza de las extremidades inferiores, la coordinación y la estabilidad y el equilibrio (propiocepción) durante los entrenamientos. Algunos deportistas utilizan vendajes y férulas (tobilleras) durante la práctica deportiva intensa.

Es importante llevar un calzado adecuado.

Para evitar recidivas es imprescindible realizar una buena recuperación y readaptación deportiva.

En Elena Miralles tenemos mucha experiencia en el tratamiento de los esguinces de tobillo, y somos especialistas en recuperación y readaptación deportiva. Además, disponemos de ecógrafo para valorar el grado de lesión, y la tecnología necesaria para ayudar a una correcta cicatrización de las estructuras afectadas. Si te has hecho un esguince de tobillo, pídenos cita y comienza tu recuperación.

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